Egresada de la licenciatura en Lengua y literatura hispánicas por la FES Acatlán. Amante del sol, los cambios de rutina, la buena ortografía y los puntos suspensivos (porque no todo está dicho). Depresiva estacional (cuando no sale el sol se pone triste). Idealista y soñadora como el resto del grupo, pero firmemente convencida de que los cambios parten de la realidad, de lo que hay, de lo que se tiene y de lo que se puede crear con eso.
Llegó a la Montaña en septiembre, bajó de ella (o subió a la Ciudad de México) en agosto. Se dio cuenta de que puede decir lo que piensa sin sentirse mal, descubrió y/o reafirmó cualidades que estaban un poco borrosas. Puso a prueba su educación hogareña y en más de una ocasión falló, la traicionó o la modeló: aprendió a ver el mundo desde todos los puntos de vista posibles y no se cierra a las posibilidades aunque a veces su impaciencia la traicione... aprendió a esperar, aunque aún se aferra a hacer su voluntad.
Descubrió su lado afectivo y sentimental, y su lado comunicativo y disfuncional, experimentó emociones nuevas e hizo lo que nunca imaginó, alguna vez se sintió como el Ave Fénix, y ahora sabe qué es lo que quiere. Aprendió a mantener sus sueños y a trabajar para construirlos. Descubrió la amistad y la no amistad.
Y un buen día, después de un mal día, se descubrió con las ganas de escribir y no parar...
Se descubrió.
*Gran parte de este texto está escrito en términos generales, se pide al lector evitar interpretaciones optimistas y cursis.
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